LO QUE ACONTECIÓ

Desde la antigüedad clásica, frutas, animales, flores y otros motivos vegetales estuvieron presentes en la decoración de vasijas relacionadas con la práctica cotidiana. Con el paso del tiempo, sus representaciones estaban supeditadas a otros géneros como la pintura de temática religiosa y de género. Afortunadamente, luego fueron del interés exclusivo de muchos artistas objetos de cocina, utensilios, jarrones, detalles de manteles, rincones de una casa, mesas bien servidas y montadas, así como animales muertos luego de la caza y la pesca; de todo esto aprendieron nuestros pequeños y jóvenes creadores conociendo las obras que el Museo atesora en las colecciones del arte nacional y universal. Amelia Peláez fue un referente inspirador, así como las salas dedicadas a las escuelas flamenca y holandesa.  

La familiarización con elementos del entorno inmediato y hacer composiciones con estos sirvió de entrenamiento y aprendizaje para el desarrollo de trabajos colectivos e individuales. La espontaneidad y creatividad facilitaron el empleo de diversos soportes y materiales que sirvieran de puente entre lo vivo y lo inanimado como es el caso de flores naturales secas y hojas. Otros elementos fueron utilizados, como papeles de colores, periódicos y revistas o hilos, estambres, telas y más, con el propósito de enriquecer y recrear el ambiente de la composición lograda. Además del dibujo, que destaca entre las técnicas practicadas y elegidas por muchos de los participantes, el collage sobresale por la riqueza de texturas visuales que con este se logró, así como el empleo de objetos tridimensionales que brindó la posibilidad de crear otro espacio en la bidimensionalidad propia del formato de una cartulina. A partir de la superposición de planos de figuras de colores se diseñaron en pequeño y mediano formato lo que pudiéramos llamar “mini vitrales” realizados con papeles de colores y cinta adhesiva; y bodegones con figuras recortadas y multicoloridas respectivamente. Las naturalezas muertas de Amelia Peláez, sus flores, frutas, manteles y su Interior con columnas inspiraron a los más pequeños y hasta los que van camino a la adolescencia. Los veteranos en estas citas, inspirados por las muestras universales, conjugaron lo cotidiano y colectivo con lo propio, creando diálogos y puentes entre el ayer y el hoy desde construcciones legítimamente personales. 

Tamaña inspiración de los participantes no se limitó al espacio y ambiente del Taller, sino que trascendió a otro escenario con su participación en el Concurso Nacional de Artes Visuales, titulado PMA en acción, que en el presente año tuvo como tema “Nutrición en todo momento, para toda la vida”. El Taller, Flores, frutas y formas ha sido la cita oportuna para atender un tema de vital importancia referidoa una alimentación sana y necesaria y enriquecer el conocimiento de quienes serán los padres del futuro.

Oramis López Cedeño